Que los epicuros y sensuales lean aquí su destino; los que hacen un dios de su vientre, terminan en la destrucción Filipenses Nadie es tan prodigiosamente malvado como el que se ceba de placeres carnales.
Son respecto a los inicuos como es el estiércol y la basura para los cerdos, que se engordan en ella; sus corazones son engrosados; sus conciencias quedan romas y sin sensibilidad; por el contrario, las consolaciones y deleites que Dios da al alma santificada se vuelven nutrición espiritual para sus gracias y ponen a éstas en ejercicio.
Con todo esto, pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas. La continuidad en el pecado y la incredulidad van juntas.
Si hubieran creído no habrían pecado, si hubieran sido cegados por el pecado no habrían creído. Hay una acción refleja entre la fe y el carácter. Los caminos de Dios con nosotros en la providencia son en sí mismos poderosos para reargüir y convertir, pero la naturaleza no renovada rehúsa las dos cosas y no se deja reargüir ni convertir por ellas.
William S. Plumer La experiencia debería reforzar la fe; pero tiene que estar la fe presente para usar la experiencia.
Darby Vers. Y sus años en tribulación. Las marchas pesadas eran una tribulación para ellos y el no llegar a un lugar de reposo lo agravaba. Por el camino que siguió Israel dejaron innumerables tumbas, y si uno pregunta: «¿Quién los mató? Nadie vive de un modo tan infructuoso y desgraciado como los que permiten que los sentidos y la vista supediten a la fe y a la razón, y el apetito domine sobre el temor de Dios.
Nuestros días pasan rápidos según el ordinario curso del tiempo, pero el Señor puede hacer que transcurran más rápidamente, hasta que sintamos que la aflicción nos está devorando las entrañas y como un cáncer devora nuestra existencia.
Éste fue el castigo del Israel rebelde, y no permita el Señor que sea el nuestro. Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios. Como un perrito al que han azotado lame los pies de su amo.
Obedecían sólo cuando sentían el látigo sobre sus lomos. Duros han de ser los corazones a los cuales sólo puede hacer mover la muerte. Cuando morían a su alrededor a millares, el pueblo de Israel de repente se volvía religioso y se dirigía a la puerta del tabernáculo como ovejas que corren todas juntas cuando el perro les persigue, pero vuelven a esparcirse y va cada cual por su lado cuando el pastor lo llama.
Y se acordaban de que Dios era su refugio, y el Dios Altísimo su redentor. Pero le lisonjeaban con su boca. En el mejor de los casos eran malos. Falsos en sus rodillas, mentirosos en sus oraciones. El culto de boca ha de ser muy detestable a Dios cuando está disociado del corazón; otros reyes aman los halagos, pero el Rey de reyes los aborrece.
Como las aflicciones más agudas sólo extraen del hombre camal una sumisión a Dios fingida, hay prueba positiva de que el corazón está incrustado decisivamente en la maldad, y que el pecado ha pasado a formar parte de nuestra misma naturaleza.
El azotar a un tigre no le hace volver una oveja. El diablo no puede ser cambiado en una naturaleza humana con azotes, sino en otro diablo, a saber: con los azotes se le injerta la hipocresía. La piedad producida por la humedad de la aflicción y el calor del terror da lugar a un crecimiento de hongos; es rápido en su aparición: «inquirían acerca de Dios», pero es un hongo meramente insustancial, de excitación pasajera.
Pero ¿podían halagar a Dios? El hombre es halagado cuando se le adscribe lo que no ha hecho o lo que no es, o cuando es aplaudido por lo que tiene en demasía respecto a su valor.
Dios no puede ser halagado de esta manera: está tanto más allá de los halagos, cuanto lo está de los sufrimientos.
Los judíos, pues, se dice que halagaban a Dios, no porque le aplaudían con discursos más de lo merecido, sino porque con discursos esperaban impedir lo que merecían; o halagaban a, Dios, con sus propias promesas, no con sus alabanzas.
Pecaron contra El, y El les dio muerte; y cuando la espada los encontraba, ellos buscaban a Dios; se arrastraban a sus pies; venían con cuerdas alrededor del cuello, confesando que merecían la muerte, pero suplicaban humildemente la vida; y si Dios volvía a envainar la espada y no los castigaba, ¡oh!
Así, «halagaban a Dios con su boca, pero sus corazones no eran rectos con El»; había grandes ostentaciones de arrepentimiento y de volverse a Dios, pero no lo decían en serio, todo ello eran halagos.
Tampoco podía halagársele así. Tal como no puede halagársele con excesiva alabanza, tampoco se le honra indebidamente mostrando respeto excesivo. Joseph Caryl Y con su lengua le mentían. Sus palabras piadosas eran hipocresía, su alabanza viento, su oración un fraude. Su arrepentimiento a flor de piel era una película demasiado delgada para esconder la herida mortal del pecado.
Esto nos enseña a poner poca confianza en las declaraciones de arrepentimiento que hacen los moribundos, o las de otros hechas a base del terror evidente del esclavo y nada más.
Cualquier ladrón va a gemir su arrepentimiento si cree que el juez será conmovido por la escena y le soltará. El corazón es el metal de la campana, la lengua es sólo el badajo; cuando el metal de la campana es bueno como la plata el sonido será bueno; si el metal de la campana tiene una raja o es plomo, el sonido lo distinguirá todo oído que discrimine.
Dios puede ver las enfermedades y manchas del corazón debajo de la lengua. Tal como Jacob dijo a su madre: «Quizá me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.
Si Dios no deja sin recompensa incluso al que finge contrición, ¿cómo va a dejar sin recompensa la penitencia real? Si muchas veces El se apartaba con ira de los que le halagaban con su boca y mentían con su lengua, ¿cómo no va a tener reservado nada para el que es humilde en espíritu y que acude a El con el sacrificio de un corazón quebrantado?
Dios ha de tener bienes eternos almacenados para sus amigos aun si sus enemigos son recompensados con un bien temporal. Sí, cuando noto que los filisteos y los amonitas oprimen a los israelitas idólatras, y luego veo que los opresores son rechazados a su vez después de prestado su servicio, en seguida me doy cuenta de que la verdadera penitencia por el pecado y la verdadera fe en el sacrificio de Jesucristo harán que todos nuestros enemigos sean esparcidos; vuelvo después de contemplar a un pueblo que recae en el pecado, pero que está emancipado a pesar de lo superficial de sus votos, y vuelvo asegurado de que la porción de todos los que buscan liberación por medio de Cristo será un reino que ni los filisteos ni los amonitas pueden invadir.
Henry Melvill Vers. Pues sus corazones no eran rectos con ÉL No había profundidad en su arrepentimiento; no era la obra del corazón. Eran variables como una veleta de campanario, todo viento los hacía girar; su mente no estaba establecida en Dios.
Ni se mantuvieron firmes en su pacto. Sus promesas eran quebrantadas al poco de ser hechas, como si solamente fuera una farsa. Las buenas resoluciones sólo permanecían en su corazón como los viajeros en las posadas: unas horas, y se despedían.
Ardientes hoy hacia la santidad; fríos mañana. Variables como los matices del delfín, cambiaban de la reverencia a la rebelión, del agradecimiento a la murmuración. Un día daban su oro para la construcción de un tabernáculo para Jehová, y el siguiente se quitaba los pendientes y anillos para hacer un becerro de oro.
Sin duda, el corazón es un camaleón. Como en la calentura terciana, caliente y frío, esto es lo que hacen las naturalezas inconstantes en su religión. Y provocaban al Santo de Israel «limitaban», en la versión del autor.
Dudaban de su poder y con ello le provocaban, le limitaban, y lo mismo respecto a su sabiduría. Marcar un curso a seguir a Dios es una impiedad arrogante. El Santo hace las cosas bien, el Dios del pacto es veraz; es blasfemia decirle que ha de hacer esto o aquello, pues si lo haces no le prestarás culto de adoración.
El Dios omnipotente no puede ser manipulado. Él es el Señor, y hará lo que bien le pareciere. Aquí, pues, hay una acusación terrible, y nos parece en realidad misteriosa.
Cuán espantoso es que el hombre, un gusano, se arrogue el derecho de decirle a su Hacedor: «Hasta aquí irás, pero no más. Torpeza inmensa. Pero sabemos, amigos míos, que el crimen no es raro; y uno de los resultados naturales del pecado parece ser éste: que el espíritu pecaminoso, tanto si es de un hombre o de un arcángel perdido, incapaz de sacudir los cimientos firmes del trono eterno, divierte su malignidad y busca un cese temporal de sus preocupaciones poniendo barreras en las fronteras del imperio del Todopoderoso, esperando vanamente incomodar al que está sentado en el trono, a quien no puede perturbar.
Paxton Hood Limitado. Esta palabra ocurre sólo en otro lugar en el hebreo: Esdras , y significa poner una marca sobre una persona, sentido que algunos aplican aquí, figurativamente, como estigmatizar, insultar o provocar.
Joseph Addison Alexander Vers. No se acordaron de su mano, del día que los redimió de la angustia. Por haber olvidado Israel la primera liberación, siguieron decididos por el camino del mal. Debido a que el cristiano a veces se para antes de la cruz en sus conflictos espirituales, falla en derrotar al enemigo y permanece sin fruto y sin dicha hasta que por medio de alguna intervención especial del gran Restaurador es puesto de nuevo, en espíritu, en el lugar en que Dios le encontró por primera vez y le dio la bienvenida en Jesús en la plenitud del perdón y la paz.
Ninguna experiencia intermedia, por auténtico que sea su carácter, puede cubrir este caso. Solamente en la cruz podemos recobrar la rectitud mental y la integridad respecto a nosotros mismos, así como respecto a Dios. Si queremos glorificarle, hemos de «retener firme hasta el fin el principio de nuestra seguridad» Hebreos Arthur Pridhan Pan comido, pronto olvidado.
No hay nada que se pase tan pronto como un favor. John Trapp Vers. Moisés obró maravillas destructivas, Cristo maravillas de preservación: transformó el agua en sangre, Cristo el agua en vino; Moisés trajo moscas y ranas, langostas y orugas, destruyó los frutos de la tierra y causó molestias; Cristo aumentó estos frutos: cinco panes y unos pocos pececillos, bendecidos por Él, alimentaron a cinco mil hombres; Moisés hirió a hombres y ganado con granizo, truenos y relámpagos, a causa de los cuales murieron; Cristo dio vida a algunos que habían muerto y salvó de la muerte a los enfermos.
Moisés fue instrumento para traer toda clase de furor y ángeles malos entre ellos, Cristo echó demonios e hizo toda clase de bienes, dando vista a los ciegos, oído a los sordos, habla a los mudos, piernas a los cojos y limpiado a los leprosos, y cuando el mar amenazaba hacer naufragar la barca, fue calmado; Moisés mató a los primogénitos, causando horrible estrago en Egipto; Cristo salvó a todos los primogénitos o, al salvar, los hace tales, según leemos en Hebreos John Mayer Vers.
Y convirtió sus nos en sangre. Las aguas habían sido el medio de destrucción de los recién nacidos israelitas, y ahora se avergüenzan del hecho y lo vengan en los asesinos. El Nilo era la vida de Egipto, su verdadera sangre de vida, pero por orden de Dios pasó a ser una maldición; cada gota era de horror, veneno para beber y horror para mirar.
Para que no pudiesen beber en sus canales. Las corrientes menores participaron del curso, los estanques y los canales sintieron el mal; Dios no hace las cosas a medias. Todo Egipto se enorgullecía de las dulces aguas de su río, pero ahora han pasado a ser aborrecibles.
Nuestras misericordias pueden transformarse en nuestras miserias si el Señor nos trata con ira. Consideraban al río no sólo como consagrado a una deidad, sino que, si hemos de creer a algunos autores, era el principal dios nacional, y lo adoraban en consecuencia.
Tienen que haber sentido asombro y horror al contemplar la corriente sagrada cambiada y contaminada, y la divinidad a la que adoraban vergonzosamente ensuciada. Y estas apariencias tienen que haber producido un efecto saludable sobre los israelitas, ya que les advertían de no acceder a esta especie de idolatría, sino verla con desprecio y aborrecimiento.
Hay que observar que Dios puede, si es su placer divino, tener muchas maneras de contaminar las corrientes de Egipto. Pero El consideró apropiado transformarlo en sangre. Ahora bien, los egipcios, y especialmente sus sacerdotes, eran muy particulares en su hábito externo y sus ritos; no había nada que aborrecieran más que la sangre, y raramente admitían sacrificios de sangre; la menor mancha de sangre significaba para ellos una contaminación extrema.
Su afectación de pureza era tan grande que no podían tolerar el ponerse en contacto con un extranjero, ni manejar sus vestidos, pero el tocar un cuerpo muerto era una abominación y requería una expiación inmediata. Por ello sus sacerdotes estaban haciendo abluciones continuamente.
Debían hacerlas dos veces durante el día y dos durante la noche, y entonces tenían que bañarse. Se puede comprender lo que significaría que «había sangre por toda la tierra de Egipto» Éxodo Jacob Bryant, en «Observaciones sobre las plagas infligidas a los egipcios.
Cuánta no es la grandeza de Dios, que en minutos puede aplastar a los poderosos. Un enjambre de esas criaturas repulsivas cubrió todo lo que encontró a su paso mientras estaban vivas, cayendo con tal furia sobre los habitantes de aquella tierra, que deseaban morir; después, cuando iban muriendo, sus cadáveres crearon tal pestilencia, que la peste se convirtió en otra consecuencia inminente.
Así vemos que no tan solo fueron la tierra y el aire los que desencadenaron sobre ellos cuatro ejércitos devoradores, sino que también el agua se sumó a ellos soltando legiones de seres asquerosos.
Parece ser que las aguas del Nilo se volvieron pestilentes, saliéndose de su cauce en forma de inmundas ranas, arrastrándose y saltando sobre ellos hasta convertirlos en peste.
Los que contienden con el Omnipotente, poco saben sobre las flechas terribles que guarda en su aljaba; los pecados mayúsculos son objeto de castigos mayúsculos. Su última flecha fue la peor. Reservó el vino más fuerte de su indignación para la última copa.
Nótese como el Salmista acumula las palabras; porque un golpe sucedió al otro, cada uno dejando a la víctima más atontada. El último golpe fue el peor. Un ejército de ángeles destructores.
Los mensajeros del mal entraron en su casa a medianoche e hirieron los objetos más queridos de su amor. Los ángeles eran malos para ellos, aunque buenos en sí; para los herederos de salvación eran ministros de gracia; para los herederos de ira ejecutores de juicio.
Cuando Dios envía ángeles, éstos acuden con seguridad, y si les manda que hieran de muerte, no van a perdonar. Ved en qué forma el pecado dispone y ordena a todos los poderes del cielo en contra del hombre; no le deja amigo alguno en el universo cuando Dios es su enemigo.
Que el diablo y sus ángeles son tan malos que para ellos está preparado el fuego eterno, esto lo sabe todo creyente; pero que puedan ser enviados para infligir castigo estimado como justo por el Señor Dios, parece algo duro a los que no están dispuestos a considerar en qué forma la perfecta justicia de Dios usa incluso las cosas malas.
Porque estas cosas, realmente, en lo que se refiere a su sustancia, ¿qué otra persona distinta de El puede haberlas hecho? Pero, en cuanto a ser malas, El no lo ha hecho; con todo, las usa, aunque El sea bueno, de modo conveniente y justo; tal como, por otra parte, los hombres injustos usan las cosas buenas en forma mala: Dios, pues, usa los ángeles malos no solamente para castigar a los hombres malos, como en el caso de aquellos de quienes habla este Salmo, o como en el caso del rey Acab, a quien un espíritu mentiroso engañó, permitiéndolo Dios, a fin de que cayera en la guerra, sino también para probar y hacer manifiestos a los hombres buenos, como vemos en el caso de Job.
Agustín Vers. Hizo morir a todo primogénito en Egipto. No se hizo ninguna excepción; el monarca lamentó a su heredero como al siervo más humilde. Ellos habían herido al primogénito del Señor, a Israel, y El hiere a los suyos.
Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam. Empuñando su guadaña sobre el campo, la muerte cortó las flores más altas. Las tiendas de Cam conocieron una aflicción peculiar, y tuvieron que simpatizar con las aflicciones que de modo implacable habían caído sobre las casas de Israel.
Así, las maldiciones volvieron a su punto de origen. Los opresores fueron pagados con su misma moneda, sin descuento alguno. Y no guardaron sus testimonios. No eran fieles ni veraces, sino traidores hereditarios; su norma era la falsedad. Conocían la verdad, y la olvidaron; su voluntad, y la desobedecieron; su gracia, y la trastornaron en ocasión para una mayor trasgresión.
Lector, ¿necesitas un espejo? Mira, aquí hay uno que retrata al que escribe; ¿refleja también tu imagen? Se rebelaron como sus padres, demostrando su legitimidad al manifestar la traición de sus progenitores.
Eran una nueva generación, pero no una nueva nación. La propensión al mal es transmitida; el que nace sigue a su progenitor. La naturaleza humana no mejora; las nuevas ediciones contienen todas las erratas de la primera, y a veces se añaden nuevos errores.
Se desviaron como arco indócil. Cuando el temple del arco no es perfecto, su curvatura se hace difícil y su tendencia excesiva a regresar a su posición primitiva hace que la flecha se desvíe, cayendo lejos de la diana en la que el arquero intentaba situarla. Latas con monedas y señales secretas.
El Tesoro de Saddle Ridge en inglés: Cresta de la Silla sigue siendo uno de los hallazgos más valiosos de los Estados Unidos en la actualidad. Se trata de monedas de oro con un valor total de 27 dólares. Pero los expertos lo valoraron mucho más alto, en 10 millones de dólares.
Poco después se confirmó este valor: la mayoría de las monedas se vendieron en una subasta de Amazon, y las más raras terminaron en museos y colecciones privadas.
La pareja que encontró el tesoro prefirió permanecer en el anonimato. Pero sí contaron la historia de cómo encontraron tantas monedas. John y Mary habían comprado una parcela de tierra en California, y enseguida adquirieron la sana costumbre de sacar a pasear a su perro por la misma ruta todas las tardes.
Un día les llamaron la atención unas señales extrañas: una lata con la envoltura enrollada alrededor de un árbol y una piedra de forma inusual. A diez pasos de allí encontraron la primera lata con monedas de oro.
Cuando John y Mary continuaron su búsqueda, encontraron otras siete latas oxidadas llenas de monedas de oro. Lo más sorprendente fue que el hierro se había deteriorado casi por completo durante el almacenamiento, mientras que el tesoro estaba en perfectas condiciones.
Los expertos están seguros de que la mayor parte de las monedas encontradas ni siquiera habían sido utilizadas.
La subasta en Amazon y el destino de las ganancias. La pareja dispuso del tesoro de una forma bastante inusual. La moneda más rara y cara, valorada en un millón de dólares — «Double Eagle», de , sin el lema «In God We Trust» En Dios confiamos — fue prestada al museo, que se encuentra en el edificio de la ceca, donde se acuñaron estas monedas.
Algunos ejemplares los guardaron como recuerdo. Pero la mayor parte se vendió en Amazon. Esta cantidad fue suficiente para cubrir todas las deudas de la pareja y hacer donaciones a varias fundaciones benéficas.
"ADEMÁS, el reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo; el cual hallado, el hombre lo encubre, y de gozo de ello va, y vende todo lo "Este tesoro ha despertado mucha expectación", ha asegurado Francisca Chaves aludiendo al creciente "interés" de la comunidad científica abundante tesoro recabado durante la conquista de México por la tropa española. seguros, fletes y asegurado por 26,5 millones de euros · Se